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martes, 4 de octubre de 2016

LEGADO DE CORNELIUS VANDERBILT

Cornelius Vanderbilt I (27 de mayo de 1794 – 4 de enero de 1877), también conocido como El Comodoro [1] [2] o Comodoro Vanderbilt [3], fue un empresario estadounidense que amasó su fortuna gracias al transporte mediante barcos y ferrocarriles. Fue el patriarca de la familia Vanderbilt. Vanderbilt era el cuarto de nueve hijos de Cornelius Vanderbilt y Phebe Hand, cuya modesta familia vivía en Port Richmond, en Staten Island (ciudad de Nueva York). Su cuarto abuelo (padre de su tatarabuelo), Jan Aertson, era un granjero holandés de la villa de De Bilt en la provincia de Utrecht, que emigró a Nueva Ámsterdam (actual Nueva York) en 1650, siendo contratado allí como sirviente. El término holandés "van der" (de los) fue finalmente conjuntado con el nombre de su poblado natal para crear "van der bilt", que posteriormente se condensó a Vanderbilt. La mayor parte de los ancestros de Vanderbilt eran ingleses, siendo Jacob Vanderbilt, su abuelo, el último de origen holandés. En el negocio ferroviario, la compañía de Vanderbilt era la Accessory Transit Company (compañía de tránsito accesorio). ([4]). Cornelius Vanderbilt se casó el 19 de diciembre de 1813 con su prima y vecina, Sophia Johnson (1795-1868), hija de su tía Elizabeth Hand Johnson, que era hermana de su madre. Junto con su esposa Sophia tuvo 13 niños, de los que 12 alcanzaron la edad adulta. Imperio ferroviario El papel que jugara Vanderbilt en el desarrollo inicial del ferrocarril le llevó a ser víctima de uno de los primeros accidentes en Estados Unidos. El 11 de noviembre de 1833, Vanderbilt viajaba como pasajero en un tren de Camden & Amboy que descarriló en unos prados próximos a Hightstown, New Jersey debido a la rotura del eje de un carro. Pasó un mes recuperándose de las heridas, dos costillas fracturadas y un pulmón perforado. En el mismo accidente resultó ileso el Presidente de los Estados Unidos John Quincy Adams, quien viajaba un vagón delante del descarrilado.[5] En 1844, Vanderbilt fue elegido director del ferrocarril de Long Island, que en ese entonces contaba con una ruta entre Boston y Nueva York por medio de un transbordo a barco de vapor. El legado de Vanderbilt A la muerte de su esposa, Vanderbilt se fue a Canadá, donde el 21 de agosto de 1869 contrajo segundas nupcias con una prima, la señorita Crawford, originaria de Mobile, Alabama. La madre de Crawford, y su futura suegra, era hermana de Phebe Hand Vanderbilt (madre del Comodoro) y de Elizabeth Hand Johnson (antigua suegra y tía de Vanderbilt). La señorita Crawford era 43 años menor que su esposo. Fue su sobrino quien convenció a Cornelius Vanderbilt de financiar lo que finalmente sería la Universidad Vanderbilt. Hombre de negocios implacable, se decía de Vanderbilt que en su vida había hecho pocos amigos y muchos enemigos. La percepción pública era la de un hombre vulgar y mezquino que hacía la vida de quienes lo rodeaban, incluida su familia, algo miserable. [cita requerida] Solía decir que las mujeres compraban sus acciones debido a su fotografía en el certificado de adquisición. En su testamento, desheredó a todos sus hijos excepto a William, que era tan implacable en los negocios como su padre, y el único que Cornelius creyó capaz de mantener su imperio. A su muerte a los 82 años, se estimaba la fortuna de Vanderbilt en más de 100 millones de dólares. Legó 95 millones a su hijo William, pero "sólo" 500,000 a cada una de sus ocho hijas. Su esposa recibió 500,000 dólares en efectivo, su modesta residencia en la ciudad de Nueva York y 2,000 acciones comunes del ferrocarril Central de Nueva York. Vanderbilt donó apenas una pequeña parte de su fortuna a la beneficencia, incluyendo un millón de dólares para la Universidad Vanderbilt y 50,000 a la Iglesia de los Extraños en la ciudad de Nueva York. Su estilo de vida era modesto, dejando a sus descendientes la construcción de las Residencias Vanderbilt que caracterizaron la postguerra civil de Estados Unidos.

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